¡Domina tus sentimientos! - Mons. Tihamér Tóth



    Quien quiere tener carácter firme ha de esforzarse por dominar lo más posible sus sentimientos. Muchos crímenes, discordias, pensamientos de envidia, alegrías del mal ajeno, ofensas precipitadas, riñas sin número, no tienen siempre por causa una voluntad depravada, sino una voluntad débil, no ejercitada en mandar sin desmayo a los sentimientos vehementes. Podemos vencer, por ejemplo, un leve mal humor sin ningún esfuerzo especial, y, no obstante, cuántas personas sufren por este leve mal humor, porque tienen pereza de hacer un pequeño esfuerzo.
    La educación adecuada de los sentimientos es a la par educación de la voluntad. Los sentimientos influyen en el espíritu no sólo para movernos a querer, sino aun para querer de buen grado y con perseverancia. Y ¿quién no ve que las obras buenas brotan con más lozanía al calor del corazón que a la fría luz del entendimiento?
    Has de cuidar también la educación de tus sentimientos por este motivo: la voluntad que funciona sin sentimientos puede trocar a la joven con gran facilidad en una máquina de voluntad, sin corazón, egoísta, testaruda, lo cual es otra caricatura de la «joven de carácter».
    La mujer prudente no se esfuerza tan sólo por vencer sus sentimientos desagradables y compensarlos con alegría, sino que hace cuanto está en su mano por conservar siempre la tranquilidad del alma.

    Cuerpo y alma están en intima dependencia. Si estás abatida tristeza sin causa se apodera de tu alma, intenta sonreírte, canta con alegría, y verás que tu tristeza empieza a desaparecer. Por otra parte, si un dolor físico te tortura, ocúpate en pensamientos agradables, y llegarás a olvidar en parte tu dolor.
    De cualquier desgracia que te sucediere, procura sacar algún provecho espiritual. “Deficiendo discamus”: «Aprendamos de las propias deficiencias». ¿Te han hurtado el portamonedas en el tranvía? No pierdas el tino, sino procura recordar cuando estabas distraída y medita qué cuidado has de tener en adelante. ¿Te pisa alguien el pie? No muestres disgusto, sino di para tus adentros: «A costa de este dolor compraré un poco de dominio de mí misma».
    Seguir siempre dueña de los propios sentimientos sin dejarse arrastrar por ellos es el grado más alto de la perfección espiritual.

-Mons. Tihamér Tóth y María Rosa Vilahur, ¡Muchacha! Así...

Comentarios

  1. Qué bueno! ¿Por casualidad no tienes el libro "Muchacha, así" en versión PDF?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. https://www.youtube.com/watch?v=V5y_PVeXgS8&list=PLXnBOxRUZBNTuJybC2czhcbudpqU5MgSF

      Yo tampoco lo he encontrado en PDF, pero acá está en audiolibro. Espero le sea de utilidad.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares