Rosario de los siete dolores de María Santísima

 

CORONA DE LOS SIETE DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA

 

 

Por la señal, etc.

V. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo.

R. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito

es el fruto de tu vientre Jesús.

V. Abrid, Señor, mis labios.

R. Y mi boca pronunciara vuestra alabanza.

V. Dios mío, venid en mi auxilio.

R. Señor daos prisa en socorrerme.

V. Gloria al Padre, al hijo, y al Espíritu Santo.

R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

 

Preparación.

 Virgen sin mancilla, Madre de piedad, llena de aflicción y amargura, con rendimiento de mi corazón os suplico ilustréis mi entendimiento y encendáis mi voluntad, para que con espíritu fervoroso y compasivo contemple los dolores que se proponen en esta santa corona, y pueda conseguir las gracias y favores prometidos a los que se ocupan en este santo ejercicio. Amen.

 

Primer dolor.

Me compadezco, Señora, de Vos, por el dolor que padecisteis con el anuncio de Simeón cuando os dijo: que vuestro corazón seria el blanco de la Pasión de vuestro Hijo. Haced, Madre mía, que sienta en mi interior la Pasión de vuestro Hijo y vuestros dolores; obligándoos en memoria de este dolor con un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

 

Segundo dolor.

 Me compadezco, Señora, de Vos, por el dolor que padecisteis en el destierro a Egipto, pobre y necesitada en aquel largo camino. Haced, Señora, que sea libre de las persecuciones de mis enemigos; obligándoos en memoria de este dolor con un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

 

Tercer dolor.

Me compadezco, Señora, de Vos, por el dolor que padecisteis por la pérdida de vuestro Hijo en Jerusalén por tres días. Concededme lágrimas de verdadero dolor para llorar mis culpas, por las veces que he perdido a mi Dios, y que le halle para siempre; obligándoos en memoria de este dolor con un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

 

Cuarto dolor.

Me compadezco, Señora, de Vos, por el dolor que padecisteis al ver a vuestro Hijo con la cruz sobre sus hombros, caminando al Calvario con escarnio, baldones y caídas. Haced, Señora, que lleve con paciencia la cruz de la mortificación y de los trabajos; obligándoos en memoria de este dolor con un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

 

Quinto dolor.

Me compadezco, Señora, de Vos, por el dolor que padecisteis al ver morir a vuestro Hijo clavado en la cruz entre dos ladrones. Haced, Señora, que viva crucificado a mis vicios y pasiones; obligándoos en memoria de este dolor con un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

 

Sexto dolor.

Me compadezco, Señora, de Vos, por el dolor que padecisteis al recibir en vuestros brazos aquel santísimo Cuerpo desangrado con tantas llagas y heridas. Haced, Señora, que mi corazón viva herido de amor divino, y muerto a todo lo profano; obligándoos en memoria de este dolor con un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

 

Séptimo dolor.

Me compadezco, Señora, de Vos, por el dolor que padecisteis en vuestra soledad, sepultado ya vuestro Hijo. Haced, Señora, que quede yo sepultado a todo lo terreno, y viva solo para Vos; obligándoos en memoria de este dolor con un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

 

En memoria y reverencia de las lágrimas que lloraron vuestros purísimos ojos en la vida, pasión y muerte de vuestro Hijo, os ofrezco tres Avemarías.

 

Oración.

 

Purísima Virgen María, traspasada de dolor con la espada que profetizó Simeón; cuidadosa y necesitada huyendo a Egipto; triste y atribulada buscando el Hijo perdido; llena de amargura y lágrimas encontrándole con la cruz a cuestas; afligida y ansiosa viéndole agonizar y morir; angustiada y atormentada con el Hijo muerto en los brazos; sola y sin consuelo dejándole sepultado. Humildemente os ruego, que la gracia que os pido, siendo a mayor gloria de Dios y bien de mi alma, me la alcancéis de su Divina Majestad; y si no, que se haga en todo su santísima voluntad, y que yo nunca le ofenda. Juntamente os suplico intercedáis por nuestro santísimo Padre, por la paz y concordia entre los príncipes cristianos, la exaltación de la santa Fe católica, destrucción de las herejías, conversión delos infieles y confusión de los turcos; mirad con ojos de piedad a vuestros devotos, y concededles especialísimos auxilios de gracia para mayor gloria de Dios y vuestra. Amén.

 

Se concluirá con la Salve, o con la letanía


Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Santa Trinidad y un solo Dios, ten piedad de nosotros

Santa María Ruega por nosotros

Santa Madre de Dios Ruega por nosotros

Santa Virgen de las Vírgenes Ruega por nosotros

Madre crucificada Ruega por nosotros

Madre dolorosa Ruega por nosotros

Madre lacrimosa Ruega por nosotros

Madre afligida Ruega por nosotros

Madre abandonada Ruega por nosotros

Madre desolada Ruega por nosotros

Madre privada de Hijo Ruega por nosotros

Madre traspasada por la espada Ruega por nosotros

Madre abrumada de dolores Ruega por nosotros

Madre llena de angustias Ruega por nosotros

Madre clavada a la cruz en su corazón Ruega por nosotros

Madre tristísima Ruega por nosotros

Fuente de lágrimas Ruega por nosotros

Cúmulo de sufrimientos Ruega por nosotros

Espejo de paciencia Ruega por nosotros

Roca de constancia Ruega por nosotros

Ancora del que confía Ruega por nosotros

Refugio de los abandonados Ruega por nosotros

Escudo de los oprimidos Ruega por nosotros

Derrota de los incrédulos Ruega por nosotros

Consuelo de los míseros Ruega por nosotros

Medicina de los enfermos Ruega por nosotros

Fortaleza de los débiles Ruega por nosotros

Puerto de los náufragos Ruega por nosotros

Apaciguadora de las tormentas Ruega por nosotros

Auxiliadora de los necesitados Ruega por nosotros

Terror de los que incitan al mal Ruega por nosotros

Tesoro de los fieles Ruega por nosotros

Inspiración de los profetas Ruega por nosotros

Sostén de los apóstoles Ruega por nosotros

Corona de los mártires Ruega por nosotros

Luz de los confesores Ruega por nosotros

Flor de las vírgenes Ruega por nosotros

Consuelo de las viudas Ruega por nosotros

Alegría de todos los Santos Ruega por nosotros


Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros

 

 Oración

Oh Dios, en cuya Pasión fue traspasada de dolor el alma dulcísima de la gloriosa Virgen y Madre María, según la profecía de Simeón; concédenos propicio, que cuantos veneramos sus dolores y hacemos memoria de ellos, consigamos el feliz efecto de tu sagrada Pasión. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén

  La Santísima Virgen María manifestó a Sta. Brígida que concedía siete gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas y dolores:

  • Pondré paz en sus familias.
  • Serán iluminados en los Divinos Misterios.
  • Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
  • Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
  • Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.
  • Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Madre.
  • He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.



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